Consejos para cuidar tu auto en vacaciones

APARCA A LA SOMBRA

Los rayos solares en verano son más intensos y duran bastantes horas. Si la carrocería de tu coche está manchada de sal, arena o insectos, puede verse dañada. Evita problemas aparcando el coche en un parking subterráneo para eliminar la sobre exposición al sol y el efecto de las altas temperaturas. Si no es posible, cúbrelo con una lona o, al menos, estaciona en una zona a la sombra.

Otro consejo más: si tienes que aparcar cerca de la playa, orienta el capó hacia el lado contrario a la costa o en el lugar donde el aire o la brisa marina no sople.

GUERRA A LA ARENA Y LA SAL

La arena y la sal sentarán mal a tu coche. El salitre es un mineral blanco que se encuentra en la sal, abunda en las zonas costeras y su afición favorita es favorecer la corrosión de los materiales metálicos. No sólo se conforma con la carrocería de tu coche, también carcome el interior del vehículo.

Por otro lado está la arena, que se cuela por todos los sitios y se pega como una segunda capa de pintura a la carrocería. Además de ensuciar, esta segunda piel dorada araña la chapa al más mínimo efecto de presión y arrastre.

¿La solución a estos dos enemigos? La limpieza. Con regularidad, lava el coche con agua y jabón –eso sí, no lo dejes secar al sol porque quedarán cercos en la carrocería-, evitando frotar y utilizando productos específicos para el coche.

No olvides incluir en el aseo los pasos de rueda, las llantas y los neumáticos, lugares donde se acumula la suciedad, el polvo de ferodo –las pastillas de freno están fabricadas con este material, que es el que tiñe de negro el agua cuando le pasas una manguera-y la sal. Para finalizar la operación, aplica una capa de cera para la carrocería –mejor líquida- y lubricante en los bajos del coche.

También debes limpiar el interior del coche: la arena se cuela por cualquier rincón. Utiliza un cepillo de cerdas gruesas y un aspirador para eliminarla. Además, si conduces con ropa mojada, coloca una toalla para proteger la tapicería y, si ésta es de cuero, aplícale crema para mantenerla en buen estado.

NO DEJES EL COCHE PARADO

Muchas veces utilizamos el coche sólo como medio de transporte para llegar al destino vacacional y lo dejamos aparcado hasta la vuelta unas semanas más tarde. La costumbre no es muy buena: los enemigos de lo ajeno no se lleven la idea errónea de que está abandonado.

Además, es recomendable que circules de vez en cuando para comprobar que todo está en orden y funciona, no vaya a ser que se haya descargado la batería y te lleves una ingrata sorpresa el día de vuelta. Puedes aprovechar para hacer la pequeña excursión hasta una estación de servicio para comprobar la presión de los neumáticos y, ya que estás, darle un lavado.

ELIMINA LOS RESTOS ANIMALES

O lo que es lo mismo, cadáveres de mosquitos pegados en el frontal y parabrisas del coche y excrementos de pájaros salpicados por la carrocería. Estos sucios inconvenientes, que por otro lado se pueden presentar en cualquier momento del año, deben ser erradicados en la época estival casi al instante de producirse.

Con el sol, el calor y el paso de los días, terminan por comerse el color de la carrocería y se convierten en tatuajes sobre la chapa. Lo mejor es eliminarlos cuanto antes utilizando productos específicos.

NADA DE VALOR A LA VISTA

Seguro que aprecias tus pertenencias, así que no dejes nada de valor en el interior del coche. Esta recomendación incluye la documentación: ocupará poco espacio en tu residencia de vacaciones y te ahorrarás un disgusto como te la roben. Tampoco dejes nada a la vista, aunque creas que no le interesará a un potencial ladrón: una bolsa tirada en el suelo puede resultar atractiva, aunque lleve un balón de playa dentro.